jueves, 22 de julio de 2010

FRANCISCO DE QUEVEDO - A FLORALBA

IV

¡Ay, Flor alba! Soñé que te..., ¿dirélo?

Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.

¿Y quién, sino un amante que soñaba,

juntara tanto infierno a tanto cielo?

Mis llamas con tu nieve y con tu yelo,

cual suele opuestas flechas de su aljaba,

mezclaba Amor, y honesto las mezclaba,

como mi adoración en su desvelo.

Y dije: "Quiera Amor, quiera mi suerte,

que nunca duerma yo, si estoy despierto,

y que si duermo, que jamás despierte."

Mas desperté del dulce desconcierto;

y vi que estuve vivo con la muerte,

y vi que con la vida estaba muerto.

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