viernes, 3 de diciembre de 2010

Manuel González - Eros

Estimulo con decisión cada pétalo sensual
que a cada instante florece y derrama
entre tus senos el pecado, el mordisco preciso
que nos hace sucumbir en el edén de nuestro delirio.
Me adhiero a tu vello púbico ...como náufrago,
tal vez para inmortalizarte, en la sublime esencia
opiácea que tus humedades convocan,
al festín profanado de mi lengua.
Aunque seas la ilusión de mis sueños,
nada me excita más que el olor de tu piel ebria,
tus exquisitos secretos paladeados,
ocultos laberintos de pasión exacerbada.
Tu cuerpo rugiendo oceánicamente un arco irisado
hacia el paraíso de Eros, al ritmo más frenético
de tu sangre chorreando baladas de gemidos,
acompasados del semen derrotado,

en la voraz contienda... a duelo con tu sexo.


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