domingo, 31 de julio de 2011

Isabel Allende - fragmento de Eva Luna

allende
El placer me erizó la piel y me endureció los senos.
Caí en cuenta que nunca había estado tan cerca de nadie y que llevaba siglos sin recibir una caricia. Tomé su cara, me aproximé con lentitud y lo besé en los labios largamente, aprendiendo la forma extraña de su boca, mientras un calor brutal me encendía los huesos, me estremecía el vientre.
Tal vez por un instante él luchó contra sus propios deseos, pero de inmediato se abandonó para seguirme en el juego y explorarme también, hasta que la tensión fue insoportable y nos apartamos para tomar aire.

-Nadie me había besado en la boca, murmuró él.
-Tampoco a mí.

Y lo tomé de la mano para conducirlo al dormitorio.
 

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